Contexto del país: Malfa dijo que «la iglesia debe ser parte de la solución», solicitó compromiso a los ciudadanos y dirigentes, habló de la democracia
Lo hizo ayer por la tarde en la celebración de la Santa Misa, que ofició en la parroquia por el Día de nuestro Santo Patrono San Miguel Arcángel. Su discurso apuntó a la profunda crisis social y económica que atraviesa la Argentina.
«San Miguel (Arcángel) defensor del pueblo de Dios, vamos a pedirle su intercesión en nuestra oración por la Patria. Quisiera que, particularmente en esta fiesta Patronal, rezáramos nosotros por la Patria», inició su mensaje el obispo de la diócesis de Chascomús.
«La Patria en la que estamos viviendo un padecimiento crónico. Un padecer crónico del cual necesitamos salir, y reconstruir una y otra vez la Democracia en su expresión: más sana, más verdadera y más genuina.
La democracia así concebida, en su genuinidad, en su autenticidad, en toda la plenitud de su significación es el camino para no caer en extremismos, en personalismos o en populismos, que fácilmente impiden el crecimiento y la estabilidad de un pueblo», remarcó el monseñor Carlos Humberto Malfa.
«No podemos ser indiferentes ante una lógica de enfrentamiento y división. Son siempre actuales aquellas palabras del Papa Francisco en medio de la pandemia, cuando dijo ‘estamos todos en la misma barca llamados a remar juntos, nadie se salva solo’. Necesitamos que estas expresiones del Santo Padre se encarnen en nuestra vida, porque las palabras pueden ser muy bonitas, pero las palabras solas no bastan para cambiar y transformar una realidad, se necesitan gestos y la decisión de caminar juntos.
Esta decisión tenemos que ser capaces de asumirla, toda la dirigencia del país y también todos los ciudadanos, que no deben conformarse con habitar un país o una ciudad o un pueblo. Hay que hacer ese pasaje de habitantes a ciudadanos que construyen en verdad, animándose a desarrollar esa cultura del encuentro que permita construir un pueblo en paz, en justicia y en fraternidad.
La iglesia no puede ser parte del problema: en enfrentamientos, en posiciones ideológicas, en visiones sesgadas de la realidad, mucho menos en la explosiva tentación de la violencia», continuó su mensaje ante los fieles y el intendente José Castro.
“La iglesia por su vocación y en su libertad, por su misión, por fidelidad a su misión y en su libertad, debe ser puerta de solución, debe ser espacio en el cual el diálogo sea posible. El diálogo que es escucha, que es respeto, que es confianza. Dialogar es confiar y buscar incansablemente el bien común, poniendo siempre en el centro a los más pobres”, reconoció.
“Es bueno que en esta fiesta podamos recuperar la fuerza transformadora de la esperanza cristiana. Son iluminadoras las palabras San Agustín en este sentido. San Agustín decía esto: ‘la esperanza tiene dos hermosos hijos, la indignación y el coraje’. La indignación para rechazar las cosas como están; el coraje para atreverse a cambiarlas”, prosiguió.