Ezequiel Piccioni: «Nadie me echó, yo pedí este tiempo porque lo necesito»

Lo expresó esta mañana en la última misa que celebró en Monte, luego de permanecer al frente de la iglesia poco más de cuatro años. El joven sacerdote, que desembarcó en Monte como reemplazo del padre Miguel Tamagno, se alejará de los hábitos por un año como beneficio de una licencia que solicitó y le fue otorgada.

La Diócesis de Chascomús, presidida por Monseñor Carlos Humberto Malfa, por su parte, el viernes 25 de junio pasado, sacó a la luz un comunicado que indicaba cinco nombramientos. Uno de ellos señalaba que la parroquia «San Miguel Arcángel» pasaba a manos del párroco Hernán Daniel Chavarrito, pero no mencionaba el futuro de Ezequiel Piccioni.

Chavarrito, que viene de San Bernardo partido de La Costa, habitará la moderna y cómoda casa que tiene la iglesia en la planta alta, sobre calle Prof. Laura Giagnacovo –ex Mitre- y Rojas. Si bien ambos emprendieron la mudanza, por el momento no se confirmó cuándo estará establecido por completo el flamante Presbítero.

Ezequiel fue quien anunció los cambios, además de su retiro por cuestiones personales. Agradeció el constante acompañamiento de los fieles y de las personas que desinteresamente colaboraron en las actividades de la iglesia. Se mostró contento por la designación del sacerdote. “Les pido que cuiden a Daniel como me han cuidado a mí. Tengan paciencia, traten de acompañarlo”, remarcó.

También informó que los horarios de las misas se mantendrán iguales, los sábados a las 18 hs. y los domingos a las 11 hs., salvo que más adelante Chavarrito decida lo contrario.

Miguel, a quien reemplazó Ezequiel en Monte.
Daniel Chavarrito, el nuevo cura de Monte.

Piccioni se mostró afligido por no haber podido oficiar la primera comunión a 220 chicos, producto de las disposiciones por la pandemia. Dijo que las medidas, oportunamente adoptadas, no le parecieron acertadas y hasta dio a entender que fueron desprolijas.

“Les agradezco el tiempo compartido y lo generosos que han sido conmigo. Me voy contento, satisfecho. No me voy producto de una frustración, ni me voy porque ustedes me frustraron”.

“Logré lo que yo soñaba que podía darle a la comunidad, que hoy veo que están funcionando. Me voy feliz por ustedes, por lo que han crecido como comunidad y soy testigo”, destacó el belgranense de 39 años de edad.

“Pedí un año de licencia ministerial, algunos le dicen o le decían ‘año sabático’. Yo digo que de ‘sabático’ no tiene nada porque yo tengo que ir a trabajar, de hecho salgo de acá y tengo que ir a buscar trabajo. Recen para que consiga trabajo”, manifestó hoy al concluir la misa de las 11 hs..

“Es un año para repensar la vida y repensar la vocación, desde la distancia. Me voy el tiempo que yo pedí y que nadie me obligó. Nadie me echó, yo pedí este tiempo porque lo necesito”, remarcó.

Si bien en diálogo con nuestro diario prefirió no dar detalles de cómo seguirá su vida, no descartó abocarse de lleno a la pastelería profesional. Vale destacar que es egresado del Instituto Argentino de Gastronomía –IAG-.

Se instalará en un barrio céntrico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Nos contó además, que aprovechará para dedicarle más tiempo a su madre y abuela, dos personas importantes en su vida que radican en su ciudad natal.

Piccioni, última misa en Monte.